A él le se debe la gran fachada suroeste enmarcando un patio, y la construcción del ala sur.
Desde 1771 fue la residencia del obispo Louis-Sextius Jarente de La Bruyère, que continuó la labor iniciada por Fleuriau d'Armenonville y decoró ricamente el castillo.
En la Revolución Francesa, el castillo se vende como un "bien nacional" y adquirido por un particular.
Las características del parque, incluyen árboles maduros en grandes avenidas, con gran abundancia de tilos.
En el sotobosque se puede observar narcisos, ciclamenes o azafranes según las estaciones del año.