El recinto es pentagonal, todo construido en mampostería con mortero de cal, y el acceso principal al mismo, rotegido por dos matacanes de ladrillo, se abre en su lado menor, que mira hacia el oeste.
Dicho lienzo, que dispone de adarve con parapeto almenado (posiblemente muy posterior al propio muro), está flanqueado por dos torres cilíndricas.
El lienzo de muro entre estos dos últimos, está abierto en su parte central con un portón moderno.
En el interior del recinto, se han producido un gran número de alteraciones a lo largo de la historia, aunque se mantienen dos torres del homenaje, llamadas de Santa María (almenada y con entrada por un arco apuntado, a nivel del patio de armas) y de San Miguel (esta, desmochada, y con acceso en primera planta), ambas con planta cuadrada y numerosas modificaciones en su estructura interior.
Por el tipo constructivo general del castillo, los autores lo datan en la segunda mitad del siglo XIII, aunque con importantes reformas en los siglos siguientes.