Tras el bombardeo de Königsberg por los aliados en la Segunda Guerra Mundial en 1944, el castillo quedó seriamente dañado, siendo finalmente demolido durante los años 1960.Los caballeros de la Orden Teutónica conquistaron la zona en 1255, siendo renombrada la fortaleza de Kneiphof como Königsberg, al tiempo que se construía un nuevo castillo Ordensburg, que sería ampliado y modificado en los siglos XVI y XVIII.Alojó, entre otras bienes, unos 240 000 restos arqueológicos de la Prusia-Sammlung (Colección Prusia), una colección estatal y de la Biblioteca Universitaria con la famosa Biblioteca de Plata (Silberbibliothek) del siglo XVI, así como varios cuadros del pintor Lovis Corinth.[3] Los posteriores bombardeos soviéticos y los combates librados en la ciudad provocaron que para abril de 1945 el castillo fuera ya una ruina.El castillo no fue reconstruido, y Leonid Brézhnev, ordenó destruir los últimos restos del palacio, considerados un resto del militarismo prusiano y el fascismo.