Muniadona enviudó en 928 y adquirió estos vastos dominios, siendo repartidos entre sus seis hijos en 950.
Ese año fundó un monasterio que procuró más tarde con tierras, ganado, objetos de culto y libros religiosos.
Su situación era muy vulnerable ante las tropas musulmanas, provenientes de la frontera al sur de Coímbra, sumado a las incursiones normandas, oriundas del mar del Norte y llegadas en embarcaciones rápidas y ágiles, quienes asolaban las costas y los ríos navegables en aquella época.
Se conoce historiográficamente la carta de dotación del castillo a los religiosos, en diciembre de 958, acreditándose una estructura erguida, advocada a San Mamés, y compuesta por una torre posiblemente protegida por una cerca.
Las obras concluyeron con el gobierno de Dionisio I, anteriores al año 1322, cuando las tropas del infante Alfonso asediaron la ciudad y los portugueses salieron victoriosos.