Con la derrota, Teresa y Fernando Pérez abandonaron el gobierno condal,[1] que quedaría ahora en las manos del infante y sus partidarios, disgustando al obispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, que codiciaba el dominio de las tierras.
De hecho, por haber muerto su padre, el Conde Don Enrique, cuando él era un niño todavía de dos o tres años, ciertos individuos indignos y extranjeros pretendian hacerse con el reino de Portugal;su madre, la reina Teresa, les favorecia, porque queria, también, por suberbia, reinar en vez de su marido, y apartar a su hijo del gobierno del reino.
[2] El historiador portugués José Mattoso en su libro "D.Afonso Henriques" ( Temas e Debates) afirma, que según el relato más conocido sobre el comienzo del reino de Portugal y escrito en 1678 por el monje (Frey) António Brandão, la victória de la batalla de San Mamede se atribuye a los nobles y no al infante.
Que este dependía de la nobleza cultivada y rica del Condado Portucalense, como Soeiro Mendes, Egas Moniz de Riba Douro (Aio), y que al auxiliarle en las batallas y prestarle vasallaje tuvieron su recompensa (tierras, poder administrativo...).
San Mamede fue el primer acto de movimiento irreversible que explica , más que cualquier otro acontecimiento, las razones de la independencia del Condado Portucalense como identidad política y que procedió el reino portugués.