Esta creencia se fundamenta principalmente en que las técnicas empleadas en la construcción del castillo son claramente musulmanas y en que, por entonces, el dominio cristiano sobre el valle del Cidacos no estaba consolidado.[2] Más concretamente, lo más probable es que los autores de la obra sean la familia muladí Banu Qasi, quienes ampliaron y reforzaron las fortificaciones de sus territorios y Enciso era, justamente, un puesto fronterizo en el valle.Se citan, más concretamente, a don Diego Ximénez y doña Guiomar como propietarios del edificio una vez consolidada la venta.No obstante, al lo largo del siglo XV, la familia tuvo que devolver momentáneamente las propiedades a los señores de Cameros, aunque a finales del siglo su posesión sobre el castillo se fortaleció.A principios del siglo XVI, los Medinaceli encargaron a don Pero de Cubillas que elaborase un proyecto de reforma para la fortaleza pues, al parecer, se encontraba muy deteriorada y en estado ruinoso.[5] Una vez allí, se puede observar que la disposición de la fortaleza se divide en dos recintos diferenciados: uno central, situado a mayor altura, en el que se encuentran la torre del homenaje y otra torre ovalada; otro que rodea al central, del cual se destaca un torreón al final de uno de los extremos de la muralla que recorre linealmente la cara norte del cerro.[2] Como se ha mencionado, hoy en día quedan únicamente los restos de tres estructuras: la torre del homenaje, la torre oval y el torreón al final de la muralla norte.[2] En cuanto a la torre oval, situada en el mismo recinto que la del homenaje, recibe ese nombre por su planta ultrasemicircular.
Vista panorámica de
Enciso
, con el castillo a la derecha