Caso Texas contra Johnson

Cuando la manifestación llegó al municipio de Dallas, Johnson empapó la bandera con kerosene y le prendió fuego.[1]​ Johnson fue acusado de violar una ley que prohibía vandalizar objetos respetados.Luego apeló ante la Corte de Apelaciones Criminales de Texas, la mayor instancia estatal, que revocó su condena argumentando que el estado no podía condenar a Johnson, pues su acto estaba protegido por la primera enmienda como un "discurso simbólico".Por lo tanto el mismo gobierno no puede establecer un símbolo de unidad y prescribir un conjunto de mensajes aprobados para que sean asociados con ese símbolo..." También concluyó que la quema en sí no constituía una amenaza ni una afrenta a la paz.Al decidir sobre cuales conductas poseían una cantidad suficiente de elementos comunicativos, la corte determinó que lo serían cuando existiera un intento de entregar un mensaje particular, cuando existiera una mayor probabilidad que éste fuera entendido por quienes lo observaran.La corte encontró que, bajo las circunstancias en que ocurrieron los hechos, la quema de la bandera de Johnson sí constituyó una conducta expresiva, pues la naturaleza política del hecho era intencional y evidente.El acto, que finalmente fue cancelado, no podía ser impedido ni sancionado por las autoridades estadounidenses, pues estaba protegido por la doctrina de la Corte Suprema surgida del caso Texas contra Johnson.
Johnson (derecha) junto a su abogado Kunstler, c. 1989