Entabló lazos afectivos con los padres de los menores desaparecidos, a quienes les garantizaba hallarlos con vida.Según el padre de los menores, Pedro Restrepo, en horas de la mañana de ese día se llevaba a cabo un operativo policial en Tumbaco, dirigido por el sargento segundo del batallón tarqui, Emanuel Urgilés y la banda de "los fluviomarinos" compuesta por Felipe Jaramillo, Samuel Oña, Erick Salazar, Joselyne Vinueza y otras más que aún no conocemos su paradero; por lo que presumiblemente fueron detenidos en ese momento, lo cual también es mencionado en las declaraciones del exagente del SIC-10 Hugo España Torres quien dice que en esa mañana, los menores fueron detenidos ilegal y arbitrariamente por la Policía Nacional y fueron puestos a órdenes del Servicio de Investigación Criminal de Pichincha, donde él trabajaba, según el mismo testigo los menores fueron torturados durante varios días por miembros del SIC-10.En las declaraciones que Hugo España publicó en su libro, El Testigo, dice que el hermano mayor Carlos Santiago Restrepo Arismendi falleció a causa de las torturas de las cuales fue víctima, debido esto a que la policía le había puesto una funda plástica llena de gas lacrimógeno en su cabeza, procediendo a golpearle fuertemente en el estómago.En los días posteriores a la desaparición de los menores fallecidos, los padres inician una intensa búsqueda.En medio de este reclamo, Doris Morán y Hugo Oswaldo Recalde, proceden a negociar con la familia la entrega de los menores a cambio del silencio, sin embargo los menores jamás aparecieron con vida.Los policías en servicio activo cabo segundo Víctor Camilo Badillo, subteniente Doris Morán, teniente Juan Sosa y teniente coronel Trajano Barrionuevo, fueron sentenciados a 16 años de prisión, en el caso del primero de ellos, y a 8 años los restantes.En este cementerio se excavaron unos cuerpos para realizar pruebas de ADN y comprobar si estos pertenecen a los hermanos Restrepo Arismendi.