Caso Karadima

La situación más grave no la tuvo con Karadima sino con otro sacerdote, Raúl Claro Hunneus.Una persona que no se identificó pero después fue conocido como José Andrés Murillo leyó desde Francia una carta para el programa Informe Especial acusando al sacerdote Fernando Karadima de acoso sexual.En ella, Kast decía haber presenciado tocamientos en los genitales y besos en la boca con «adultos jóvenes», sin dar fechas ni nombres.A su juicio, Bulnes creía que los denunciantes se concertaron para dañar la imagen de Fernando Karadima.[9]​ Juan Pablo Bulnes estimó que las acusaciones se debían a «frustraciones y problemas personales».[17]​ Dicho proceso era considerado importante, pues decidiría el futuro de Karadima como sacerdote.Preliminarmente, dijo, se trata de unas 50 personas que han sido convocadas a prestar testimonio.Por su parte, tanto Ossa como la defensa del padre desmienten esta versión y, si bien reconocen la existencia de entregas monetarias, aseguran que tuvieron motivos pastorales.[25]​ Los aportes a la cocinera Gloria Garcés y al exfeligrés Oscar Osbén fueron confirmados por Karadima en su interrogatorio ante el fiscal.Según su defensa, de la cuenta para donaciones salieron los recursos para la cocinera y parte del dinero entregado a Osbén.[26]​ Los fiscales chilenos investigan un pago de al menos 9.400 dólares a un feligrés que mantuvo un estrecho vínculo con la Parroquia El Bosque.[27]​ Una revisión que se inició por petición del cardenal Francisco Javier Errázuriz, en un tema tan sensible para la Iglesia como son las donaciones y que buscaba establecer si hubo o no mal uso de dineros entregados por los feligreses.«Siempre consideré al padre Fernando como un hombre de Dios y muy recto, pero actualmente ya no sé que pensar», añadió.Exfeligreses destacan entre estas ofrendas a Karadima un departamento obsequiado por el padre Andrés Ariztía (que heredó de su familia), una casa que la familia de Hans Kast tenía en Puerto Varas y el actual Volkswagen blanco que recibió de parte del empresario Eliodoro Matte.[33]​ También habrían obsequiado importantes sumas de dinero a esta comunidad los empresarios Domingo Jiménez y Guillermo Tagle.[36]​ Los aportes monetarios desataron una fuerte polémica tras conocerse que Oscar Osbén, un excolaborador del actual vicario de esa iglesia (Diego Ossa), amenazó con denunciar un supuesto abuso que habría sufrido hace siete años.[40]​ Una arista está abierta en la Fiscalía Oriente, pero todo indica que, debido al tiempo transcurrido -o principio de ejecución del delito- el Ministerio Público debería declararse incompetente y enviar los antecedentes al sistema penal antiguo, donde estos ilícitos podrían ser declarados prescritos.[42]​ El Octavo Juzgado de Garantía de Santiago resolvió que la investigación en contra del sacerdote Fernando Karadima, por supuestos abusos sexuales, deberá ser remitida a la justicia penal antigua.[43]​ Según informa Radio Bío Bío, los antecedentes serán remitidos al 10.° Juzgado del Crimen de Santiago, no obstante Armendáriz seguirá investigando un posible delito de obstrucción a la justicia por los pagos que se han realizado a testigos en la Iglesia.[44]​ Dos de los denunciantes, el médico James Hamilton (44 años) y el ejecutivo Juan Carlos Cruz (46), afirman que los abusos del padre Karadima se iniciaron cuando ellos tenían 17 años.En todo caso, trascendió que el fiscal Armendáriz seguirá instruyendo una causa por posible obstrucción a la justicia, por los pagos realizados desde el entorno del expárroco a un exfeligrés y a la cocinera de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de El Bosque.El documento señala que las facultades mentales y de salud del religioso no se encuentran enajenadas como para evitar comparecer ante un proceso legal en su contra.Previamente, la magistrada tomará declaraciones a los denunciantes, trámite que se inició el viernes pasado con Murillo.En la ocasión estuvieron presentes tres de los denunciantes del caso Karadima: José Andrés Murillo, James Hamilton y Juan Carlos Cruz.