Al mismo tiempo lanzó una campaña para liberar los principados de Silesia, que en los siguientes años intentó infructuosamente recuperar.
Al enterarse de esto, el padre de la joven, el noble húngaro Feliciano Zách, irrumpió en la corte del rey Carlos Roberto e intentó darle muerte junto con la reina Isabel, pero no lo consiguió.
Fue asesinado y su familia ejecutada públicamente a manera de advertencia para los demás.
La cruzada falló y Luis I asistió de inmediato a Casimiro III cuando fue atacado en 1345.
Mientras usaba la diplomacia para eliminar las amenazas exteriores, se centró en la consolidación doméstica.
Su gobierno fue el único en Europa que no se sumó a las acusaciones contra el pueblo judío de propagar la peste negra.
No tuvieron hijos, y vivieron separados desde poco después de su matrimonio.
[8] Después del divorcio, Casimiro se casó con su amante, Cristina Rokiczana, de origen desconocido.
La reina Adelaida lo acusó de bigamia, y volvió a Hesse.