[3][5] Conforme a su profunda religiosidad, Tecla Sala instaló una capilla privada en la finca,[6] donde celebró las bodas de sus hijos.
[5] En 1989 el mismo arquitecto llevó a cabo una nueva reforma en la planta baja y el sótano, para ampliar las dependencias de la Consejería.
El ático está resuelto en dos niveles escalonados y abiertos a una terraza posterior, donde se ubica un jardín diseñado por Joan Mirambell,[5] con terrazas, pérgolas y un estanque con fondo de vidrio que sirve, al mismo tiempo, de claraboya del patio interior.
Las tres plantas superiores, destinadas a viviendas, se manifiestan en el exterior por medio de ventanas menos numerosas.
[5] Rebull representa al santo lejos de la tradicional iconografía del guerrero: sin espada ni caballo y con aire bondadoso.
[5] En este sentido, destacan los pavimentos, los cierres de los ascensores, la carpintería y otros detalles ornamentales próximos al art déco, que se han conservado hasta la actualidad.