Casa de Jacob

[1]​[2]​ A mediados del siglo XVII, los habitantes cercanos al cerro que hoy conocemos como Belén, en el sector de Altozano, solían subir durante la Navidad por un sinuoso camino de tierra que ascendía hasta la cima de un monte, el cual comenzó a llamarse "Los Quingos", un nombre derivado del quechua, legado del breve paso del Imperio Inca por las tierras suroccidentales de Colombia.

Es aquí cuando al ver la necesidad de tener una congregación encargada en el mantenimiento y regencia del nuevo santuario, por lo que se decide construir un pequeño claustro sencillo de bahareque y teja para los padres de la Orden Carmelita, que desde ese entonces se conoció ese recinto como ''Casa de Jacob'' por los vecinos de la colina, en memoria del antiguo patriarca Jacob, del cual se sabe desciende Jesucristo en la genealogía descrita en el evangelio de San Mateo.

Con el fin del dominio del Imperio Español y la llegada de la era república con la guerra de independencia, fue en especial durante este último periodo que el rico mobiliario del templo y el convento junto con los de los otros del centro fueron saqueados y hurtados por Antonio Nariño, además de que poco a poco las diversas órdenes religiosas fueron expulsadas por el gobierno de la ciudad.

Se contactó con el conocido arquitecto payanes don Adolfo Dueñas para realizar los diseños y dirigir las nuevas obras, levantado un nuevo complejo sacro inspirado en el Castel Nuovo en la ciudad de Nápoles fue una clara inspiración para el aspecto final de la iglesia.

Tiene una sola entrada central enmarcada por una portada en cantera de forma de arco de medio punto y una sola ventana a su diestra, mientras que en la fachada sur están distribuidas 9 ventanas más.

Placa en la fachada de la Casa de Jacob