Se diferencia del trabajo de recolector de residuos porque es un emprendimiento individual no planificado ni asalariado, llevado a cabo por particulares que obtienen modestas retribuciones en la venta del cartón y sus derivados.La actividad se ha hecho muy importante en Argentina, más precisamente en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense luego de la profundización de la crisis económica y social argentina desde 1999, como respuesta al desempleo y la pobreza extrema en la que se encuentran muchos sectores populares.[5] El cartonero es usualmente practicado por familias enteras (incluidos los niños) e incluso se utilizan animales de carga, como caballos, para soliviar el trabajo pesado.Poco a poco cada turno del Ex Tren blanco fue reemplazado por camiones semi-acoplados, que permitieron que los cientos de cartoneros del tren no perdieran su fuente de subsistencia.Se calcula que sólo los cartoneros del MTE recuperan 225 toneladas de material reciclable por día.