[2] En 1887 se doctoró con una tesis sobre la Patogenia del cólera, que sería publicada y le garantizaría temprana fama.
[1][3] Para esa época la teoría microbiana de Louis Pasteur había sido aceptada y avanzaban los conocimientos sobre las infecciones bacterianas, los mecanismos para combatirla y el reconocimiento de su importancia para la actividad sanitaria.
[1] En 1899 presidió la delegación argentina para colaborar ante el brote de peste bubónica en Paraguay.
El semanario Caras y Caretas lo calificó entonces de «uno de los médicos jóvenes del país que más se han distinguido en estos últimos tiempos por su preparación y su actividad».
[2][6] Ese mismo año representó al país en la Convención Sanitaria Internacional entre la Argentina, Uruguay y Paraguay.
[2] En 1904 se puso la piedra fundamental del Instituto Nacional de Microbiología.
[2] Desde su banca impulsó la aprobación de leyes relacionadas con la salud pública, entre ellas la de vacunación obligatoria, la que establecía el protocolo a seguir frente a la malaria, impuestos sanitarios y normas para la actividad farmacéutica.
[3] Escribió acerca de sífilis, dermatología, lepra, paludismo, higiene alimentaria, difteria, vacunas, tuberculosis, legislación sanitaria y medicina legal, sanidad marítima y ejercicio de la medicina.