Es conocido por su trabajo en la higiene práctica, como un apóstol del buen agua, del aire fresco y de la correcta eliminación de las aguas residuales.
También se le conocía como un anticontagionista, una escuela de pensamiento, nombrada más adelante, que no creía en el concepto, por entonces novedoso, de que las bacterias eran la causa principal de las enfermedades.
En particular, se pronunció a favor de una variedad de condiciones que contribuyen colectivamente a la incidencia de enfermedades, incluyendo: el estado de salud personal, la fermentación del agua subterránea ambiental y también el germen en cuestión.
Su trabajo sirvió de ejemplo que otros institutos de todo el mundo emularon.
A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and General information (en inglés) (11.ª edición).