Viajó a través del Imperio otomano durante seis años.
Coleccionó antigüedades y envió informaciones geográficas a Heinrich Kiepert en Berlín.
En 1864, hizo una primera visita a Pérgamo, ciudad que le fascinó inmediatamente.
El Estado alemán obtuvo una firma que le autorizaba a excavar en Pérgamo.
Después de este trabajo, una obra póstuma, fue completada la excavación por sus colaboradores.