Durante la era Edo, Japón poseía tres capitales o miyako (京, 'miyako'?).
Esta es la base legal más concreta que reconoce a Tokio como la única capital de Japón, ya que el Emperador no tenía poder de gobernar, así también otras instituciones estatales tenían su sede en Tokio.
Al no haber ley que designe a Tokio como la capital de Japón, muchas leyes tienen definido un "área de la capital" (首都圏, shutoken?)
Este libro se refiere a la "designación de Tokio como capital" (東京奠都, Tōkyō-tento?)
sin hacer mención acerca del "traslado de la capital a Tokio" (東京遷都, Tōkyō-sento?).