Dado que la edificación se encontraba adyacente al kofun, se cree que la residencia pertenecía a Soga no Umako, de quien se cree que el kofun es su tumba.
Cuando Asuka-kyō era la capital imperial de Japón, varios palacios fueron construidos para cada emperador.
Cuando el emperador fallecía, toda la corte abandonaba el palacio y se mudaba a un palacio nuevo, ya que se consideraba peligroso residir en el mismo lugar donde residía el espíritu del monarca fallecido.
Como estos palacios fueron construidos en madera, ninguno de ellos ha sobrevivido a la actualidad aunque algunos estudios arqueológicos recientes han podido descubrir algunos restos como las bases de piedra para los pilares.
En 694 esta capital fue abandonado por la Emperatriz Jitō, trasladándose a Fujiwara-kyō.