Originalmente fue una parroquia consagrada a la Sangre de Cristo, y se ubicaba en el barrio de Tlaxcoaque —hoy inexistente—, entonces una populosa zona habitada por indígenas.
Su fachada principal mira hacia el norte y posee una sola torre con campanario en el lado oriental, cuya cúpula estuvo recubierta por azulejos.
Por los costados este y oeste, la iglesia está reforzada por contrafuertes.
Fue construida con piedra volcánica y en su erección participaron artistas indígenas.
En 1932 fue declarada monumento nacional pero a pesar de ello, su aspecto y su entorno se deterioraron.