Cantar de las huestes de Ígor

Un aspecto sumamente interesante del texto es que mezcla la antigua mitología eslava y el cristianismo.

Vladímir Nabókov lo tradujo al inglés en 1960 y el académico Dmitri Lijachov realizó la edición estándar soviética añadiendo un extenso comentario.

La publicación de esta obra histórica al mundillo académico creó un gran revuelo en los círculos literarios rusos, porque el Cantar presenta la escritura del antiguo eslavo oriental sin ninguna mezcla del antiguo eslavo eclesiástico.

La dialectología actual sostiene que son Pskov y Pólotsk las dos ciudades donde fue escrito el Cantar.

Asimismo, se alimentó la sospecha mediante falsas obras contemporáneas, como por ejemplo las "Canciones de Ossian", que fueron escritas en realidad por James Macpherson.

Historiadores y periodistas, sin embargo, continuaron cuestionando la autenticidad del Cantar bien entrado el siglo XX.

El problema se politizó durante la era soviética: cualquier intento que cuestionara la autenticidad del Cantar era demonizado oficialmente, como el del eslavista francés André Mazon o el historiador ruso Aleksandr Zimín (incluyendo otras interpretaciones basadas en el léxico túrquico como la propuesta por Olzhás Suleiménov que lo consideraba auténtico).

Solamente a finales del siglo XX, cuando cientos de documentos escritos en corteza de abedul habían sido descubiertos en Nóvgorod, se demostró que las palabras y expresiones más intrigantes realmente se dijeron en el habla normal del siglo XII, aunque no se vieron reflejadas en las crónicas ni en otros documentos escritos oficiales.

Ni tampoco lo pudo hacer Dobrovský, el candidato de Keenan, ya que sus opiniones sobre la gramática eslava estaban totalmente opuestas al sistema encontrado en el Cantar.

Portada de la primera edición impresa del Cantar . Moscú. 1800.
Tras la batalla del Príncipe Ígor Sviatoslávich contra los polovtsianos , cuadro de Víktor Vasnetsov .