La otrora Estancilla nombre que fue (actualmente son cientos de habitantes y extraños quienes la conocen por ese nombre) dado por encontrarse situada a orillas del Carrizal, pues la población fue paso obligado, seguro refugio y estadía para los pasajeros de balsas, canoas o vapores que se dirigían hacia Calceta o hacia Bahía, donde reponían fuerzas o tomaban las bestias de carga para movilizarse hasta otros puntos geográficos circundantes, dándole la característica de estancia a este paraje.
Aunque también se recuerda que desde 1905 hasta 1966, el ferrocarril que unía a Bahía de Caráquez con Calceta y Chone pasaba por esta población y, al parecer, los viajeros, hacían un pequeño alto aquí, lo que le daba el carácter de una pequeña estadía o “estancia” a nuestro pueblo.
Entre los puntos coyunturales y estratégicos que detectó el Ing. Villacreces, estuvo el lugar en el que hoy se levanta la represa sobre el cauce del río Carrizal.
Desde entonces la fisonomía del Carrizal inició un significativo cambio, pues sus aguas se vieron no solo almacenadas por el dique, sino que aseguradas (ya que el líquido vital que otrora, en los meses más severos de la estación seca, faltaba, ahora permanecía embalsado) contribuyendo a que los habitantes tomasen sus baños en el embalse mismo y aguas abajo del vertedero con verdadero deleite.
En 1889 se da por terminado la construcción de la iglesia, celebrándose la primera misa el 19 de marzo en homenaje al Patrono San José, oficiándola el sacerdote José Vicente Loor.