Durante la invasión de Egipto por Napoleón Bonaparte en 1798, las tropas francesas optaron por probar el hachís, ante la falta de alcohol, ya que Egipto es un país islámico y el islam prohíbe el consumo etílico.
Durante un tiempo, el hachís importado de otros países se destruyó sistemáticamente mediante la quema masiva.
Al finalizar la ocupación en 1801, las tropas francesas trajeron consigo suministros de hachís, dando inicio a la cultura cannábica en Francia.
Crearon un comité científico para evaluar una nueva política pública y una red de distribución para enfermedades concretas.
[4] Este experimento reunirá a 3.000 pacientes y proporcionará flores y aceites secos para personas que sufren epilepsia, dolor neuropático o para tratar los efectos secundarios de la quimioterapia.
[5] La primera prueba debería comenzar en septiembre de 2020 y continuará durante dos años.