El pavimento del paseo, formando un mosaico es obra de Antonio Suárez.
[2] La transformación final del campo de San Francisco en una auténtico parque al más estilo inglés, la llevan a cabo dos alcaldes del siglo XIX, Ramón Secades y José Longoria Carbajal, crando una gra superficie ajardinada, construyendo fuentes ornamentales (como La Fuentona o la Fuente de las Ranas, limitando el paseo Bombé), obras unidas a las obras hidráulicas que se realizaron durante este siglo en la ciudad.
[1] Ya en pleno siglo XX se construyó junto al quiosco de música, una edificación conocida como "La Granja", y que ha tenido diversas utilidades.
Inicialmente fue un cabaret, luego una guardería tutelada por la parroquia de San Juan el Real.
Cuenta con una gran riqueza botánica con 127 especies diferentes de árboles y arbustos, representando a todos los continentes menos la Antártida y con más de once especies consideradas típicas del paisaje asturiano.
El pavo real se ha convertido en un icono del Campo de San Francisco conviviendo con los ovetenses en una natural armonía.
Los más abundantes son los castaños de indias, tilos, plátanos de sombra, y arces; pero también hay chopos, fresnos, encinas, laureles, magnolios, crateagus, plamaces y credos entre otros.
[1][2] También tiene el Campo de San Francisco una fauna que ahora le es propia.
El equipamiento para personas con discapacidades se vería complementado por la existencia en la calle Uría de una cabina con aseos públicos adaptada.