Campeador (lexicografía)

Se creía en aquella época que con la ayuda divina, el poseedor de la verdad obtendría la victoria.

[2]​ La dotación del Cid a la catedral de Valencia en el año 1098, es el único documento que se ha conservado, original y firmado por el propio Rodrigo, como: “Prínceps Rodericus Campidoctor”.

Este texto no deja lugar a dudas, en Francia se llamaba Campidoctor al luchador en combates judiciales, idéntico significado que el término Campeador en la zona navarro-riojana próxima a San Millán de la Cogolla.

La Primera Crónica General de España, versión sanchina, del año 1289 (^Estoria de España) , nos aporta algunos detalles sobre este combate que ya mencionaba el “Carmen Campidoctoris:  el combate fue en el año 1074, el caballero navarro contra el que combatió se llamaba Gimeno Garceiz y la disputa fue por el castillo de Pazuengos y otros que presumiblemente estarían emplazados en el mismo territorio navarro-riojano[6]​[7]​.

En este contexto, parece razonable suponer que los pocos escritores de la época (en su mayoría clérigos) quisieran dar un lustre culto a las expresiones del latín vulgar o el romance.

[16]​ Siguiendo esta línea, Levi-Provençal mantiene que: "Hay un equívoco en la interpretación de la palabra española «Campeador».

En vez de intentar explicarla por sí misma se acude a los vocablos latinos eruditos «campidoctor» y «campidoctus»"; pero a pesar de su raro empleo en el Carmen Campidoctoris y en la Historia Roderici, nada prueba que estas dos palabras latinas no hayan sido escogidas arbitrariamente a causa de su parecido fonético, para representar un vocablo popular".

En la misma línea se pronuncia Alberto Montaner Frutos en su «estudio preliminar» a la edición que con Ángel Escobar Chico realizó del Carmen Campidoctoris, publicado en 2001.