Se desempeñó como Prefecto de la Casa Pontificia desde 1921 hasta 1935, y fue elevado al cardenalato ese mismo año.
Caccia-Dominioni hizo su trabajo pastoral en Roma hasta 1921, y terminó sus estudios en 1902.
A la muerte del Papa Benedicto XV el 22 de enero de 1922, Caccia-Dominioni y todos los demás funcionarios del Vaticano más importantes, de acuerdo con la costumbre, perdieron automáticamente sus posiciones durante la sede vacante.
Caccia-Dominioni era considerado como un protegido de Pío XI,[2] siendo así que en sus últimas horas él se encontró presente en las habitaciones papales.
El cardenal Caccia-Dominioni murió de una dolencia cardíaca en Roma, a los 69 años.