En 1917 recibió su doctorado en Filosofía, Letras y Pedagogía en la Universidad de La Habana.
En 1941, realizó varios viajes como conferencista hacia algunos países de América Latina (Panamá, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y México).
Durante varios veranos entre 1942 y 1959 en su residencia en los Estados Unidos, Camila también estuvo en la facultad de idiomas y literatura en el Middlebury College, especialmente dando clases de español.
Esos años fueron decisivos en su permanente preocupación por el papel de la mujer en la cultura y en la creación.
Precisamente sus ensayos sobre la presencia femenina en el romanticismo y en sus estudios dedicados a la poesía de mujeres, como el caso de Delmira Agustini, se orientan a este propósito.
Camila se destacó en el género ensayo; sus obras tenían un fuerte sentimiento feminista que abogaba por los derechos de la mujer.
Los amplios conocimientos que se encuentran en los escritos de Camila Henríquez Ureña prueban su erudición y compromiso en vida para el aprendizaje.
Por ser mujer en esa época no tuvo la misma notoriedad que sus hermanos Pedro y Max, siendo eclipsada por estos.