Es especie dioica y zoocora,[2] planta perenne que puede llegar a alcanzar hasta 1 m de altura, pero habitualmente no se yergue tanto; en Aquitania suele tener un porte de 30 a 70 cm.Las flores, sea la planta masculina o femenina, son rojas, y se agrupan en cabezas terminales.En el ámbito internacional, está catalogada por la Unión Mundial para la Conservación entre las especies en peligro crítico de extinción.Además de emplearse la planta para hacer escobas y usar la drupa los marinos para calmar la sed, también se ha aprovechado la camariña de estas maneras: Las bayas, que también se llaman camariñas, se recogen (en Aquitania, hacia el 15 de agosto) para comerlas frescas y para hacer jaleas y aguardiente.A las bayas se le han atribuido siempre propiedades febrífugas, y durante la dominación romana fueron muy apreciadas por este motivo.Desde ese día, las lágrimas de la reina, convertidas en perlas blancas para que pueda ver ella las infidelidades de su esposo, y agridulces como fueron sus lágrimas entonces, salen en septiembre en el Pinar del Rey, y sobre todo a la orilla del mar.[3] Proyecto LIFE+ “Conservación y mejora en hábitats prioritarios en el litoral Andaluz”