El camino tendría, según el acuerdo, 20 pies de anchura y los árboles que se plantasen no podrían pasar el muro de la clausura.
La plaza que se creó al soterrar la estación se cerro con un nuevo edificio, con las oficinas de la compañía ferroviaria y primer rascacielos de Bilbao.
Fue un proyecto monumental y elegante, debido a la visibilidad del emplazamiento.
La fachada modernista alterna el uso de sillería con hierro forjado y pintado, lo que posibilitó aberturas de mayor superficie para la iluminación del interior del edificio.
Las vías están situadas en la planta superior, junto con un edificio anexo que alberga las oficinas.
Las diferentes remodelaciones que ha sufrido a lo largo de los años han alterado, en parte, su apariencia original, especialmente en el interior.
Este proyecto se localiza en el muro ubicado en el tramo de la calle Bailen entre la calle San Francisco y la calle General Castillo, en un tramo de 55 metros, estando la primera intervención, con el título de Panoramikas, a cargo de Jorge Rubio, Fermín Moreno, Ektor Rodríguez, Ismael Iglesias y Satone.
[18]La última intervención fue realizada en 2017, a cargo de la artista Ruth Juan,[19]pero desde entonces no ha sido renovado ni mantenido.