Cainitas

Los cainitas eran una rama de los ofitas, situada también en el siglo II, y tributaba veneración a Caín por ser un reprobado del Dios de los judíos.

Son mencionados por San Ireneo de Lyon, hacia el año 180, y en el siguiente siglo por Epifanio de Salamina y por un anónimo atribuido a Tertuliano.

También manifiestan su admiración por Esaú, Coré o Korah (que dirigió una sedición para derrocar a Moisés como narra el libro Números, capítulo 16), los habitantes de Sodoma y, también por Abraxas, en general, por todos aquellos que en el Antiguo Testamento aparecen enfrentados al Dios creador, el que para ellos no es el verdadero Dios, sino un personaje angélico de jerarquía inferior.

Sobre Jesucristo parecen haber tenido distintas interpretaciones, ya que algunos de ellos creen que Judas entregó a Jesús porque éste quería destruir la Verdad.

Otros, en cambio, agradecen a Judas porque con su acción frustró la acción de las potencias espirituales que querían impedir la Pasión de Jesús y la salvación del género humano.