Cabeza colosal

[2]​ Las primeras investigaciones sobre este objeto arqueológico fueron llevadas a cabo por Matthew Stirling en Tres Zapotes en 1938, estimuladas por el hallazgo de una cabeza colosal en el siglo XIX.

[2]​ Un monumento adicional, en Takalik Abaj, en Guatemala, es un trono que pudo haber sido esculpido a partir de una cabeza colosal.

Los monumentos terminados representaban realísticamente los retratos de los diferentes gobernantes olmecas, como por ejemplo el primer gobernante de la cultura, cada uno con un tocado distintivo, y las cabezas se organizaron de diversas formas en línea o grupos en los principales centros olmecas.

Asimismo, todas las cabezas colosales muestran a hombres maduros con mejillas carnosas, narices chatas, parte traseras planas y ojos que tienden a ser ligeramente entrecerrados.

[6]​ Estimaciones del lapso de tiempo durante el cual las cabezas colosales fueron producidas varían desde 50 hasta 200 años.