Terminada la construcción del poblado, hacia 1968, comenzaron a asentarse las primeras familias.
Por este motivo, algunos de los colonos se vieron obligados a renunciar al lote, ya que éstas no eran lo suficientemente productivas como para hacer frente a los costes.
Ese mismo año, el pueblo recibió la visita del entonces Ministro de Agricultura, Tomás Allende y García Baxter, el cual se reunió con la Junta de Colonos.
Allí se le expuso la problemática que tenían por las dificultades para hacer frente a la situación económica debido a la insuficiente extensión de los lotes de tierra entregados.
Por ello, se dispuso una ampliación que, en algunos casos, llegó a alcanzar las 10 ha.