El cañón cuáquero es un señuelo militar que fue habitualmente empleada en la guerra durante los siglos XVIII y XIX.
[cita requerida] Como el Brigadier General Daniel Morgan le ordenó al Coronel Washington dejar una fuerza de dragones coloniales regulares en el Frente de Carolina del Norte, al segundo le faltaba la artillería necesaria para desalojar a los realistas.
[cita requerida] Los cañones cuáqueros también fueron empleados para reforzar las fortificaciones confederadas durante el asedio de Petersburg.
[cita requerida] Una idea similar fue empleada durante la Incursión Doolittle, que tuvo lugar en las primeras etapas de la Guerra del Pacífico, donde el Coronel James H. Doolittle lideró un escuadrón de bombarderos B-25 Mitchell para bombardear Tokio.
El primer modelo B-25B no llevaba ametralladoras en la cola, haciéndolo vulnerable a los ataques desde atrás.
Los cañones verdaderos habían sido transportados hacia el interior, aunque fueron posteriormente encontrados y destruidos por los aliados.
[4] Los Aliados también emplearon equipos simulados en la Operación Fortitude, para convencer a los alemanes que un ejército inexistente se estaba preparando para atacar Calais.