[8] El azúcar fue la principal exportación por Hawái desde la llegada del capitán James Cook en 1778.
Esto fue motivado por la religión misionera y la economía de la industria azucarera.
[12] El monarca deseaba reducir los aranceles que se pagaban a los Estados Unidos, sin dejar de mantener la soberanía del reino y haciendo que el azúcar hawaiano fuera competitivo con otros mercados extranjeros.
[14] El General de División John Schofield, comandante estadounidense de la división militar del Pacífico, y el brigadier brevet, el general Burton S. Alexander, arribaron a Hawái para determinar su capacidad defensiva.
El monarca, William Charles Lunalilo, se contentó con dejar que Bishop manejara casi todos los asuntos de negocios, pero la cesión de tierras se volvería impopular entre los nativos hawaianos.
[24] La nueva constitución fue escrita por Lorrin Thurston, el Ministro del Interior de Hawái, quien utilizó a la milicia hawaiana como amenaza contra Kalakaua.
[28] Esta nueva constitución benefició a los propietarios blancos de plantaciones extranjeras.
[30] Junto con los privilegios de voto, los estadounidenses podrían postularse para un cargo y aún conservar su ciudadanía de los Estados Unidos,[31] e incluso permitía que los estadounidenses voten sin naturalizarse.
[32] Los inmigrantes asiáticos fueron completamente excluidos y ya no podían adquirir la ciudadanía ni el derecho a voto.
El Partido Misionero, que había impuesto la Constitución Bayoneta a Kalākaua, le ofreció el trono varias veces a la princesa Liliʻuokalani, pero ella creía que se convertiría en una figura impotente como su hermano y rechazó la proposición de inmediato.
[41] Sus ministros y amigos más cercanos se oponían a este plan; intentaron sin éxito disuadirla de perseguir estas iniciativas, las cuales se usaron en su contra en la crisis constitucional en ciernes.
El Comité de Seguridad inició el derrocamiento organizando bajo su mando a los Honolulu Rifles, conformados por aproximadamente 1500 hombres no nativos y armados, con la intención de deponer a la reina Liliʻuokalani.
[58] El 17 de enero de 1893, el presidente del Comité de Seguridad, Henry E. Cooper, se dirigió a una multitud reunida frente al Palacio 'Iolani, la residencia real oficial, y leyó en voz alta una proclamación que depuso formalmente a la reina Liliʻuokalani, abolió la monarquía hawaiana y estableció un gobierno provisional bajo el presidente Sanford B. Dole.
[61] El derrocamiento dejó a la reina encarcelada en el Palacio de 'Iolani bajo arresto domiciliario.
Honolulu Rifles tomó los edificios gubernamentales, desarmaron a la Guardia Real y declararon un gobierno provisional.
Después de consultar con sus ministros, entre ellos Walker, la reina concluyó que «ya que las tropas de los Estados Unidos habían sido desembarcadas para apoyar a los revolucionarios, por orden del ministro estadounidense, sería imposible para nosotros hacer resistencia».
No obstante, la República de Hawái fue declarada en 1894 por los mismos partidos que habían establecido el gobierno provisional.
[65] El recién inaugurado presidente de Estados Unidos, Grover Cleveland, pidió una investigación sobre el derrocamiento.
El presidente Cleveland declaró: «De este modo, se ha cometido un error sustancial que requiere un debido respeto por nuestro carácter nacional y los derechos de las personas heridas que debemos esforzarnos por reparar la monarquía».
Dole rechazó categóricamente las demandas de Cleveland para reincorporar a la Reina.
Cleveland cejó en sus esfuerzos anteriores por restaurar a la reina, y adoptó una posición de reconocimiento del denominado Gobierno Provisional y la República de Hawái que prosiguió.
[71] Todos los gobiernos con presencia diplomática en Hawái, excepto el Reino Unido, reconocieron al Gobierno provisional dentro de las 48 horas posteriores al derrocamiento a través de sus consulados.
Los países que reconocieron al nuevo Gobierno provisional son Chile, Austria-Hungría, México, Rusia, Países Bajos, Alemania imperial, Suecia, España, Imperio del Japón,[72] Italia, Portugal, Dinamarca, Bélgica, China, Perú y Francia.
Como república, el gobierno tenía la intención de hacer campaña para la anexión con los Estados Unidos.
En 1897, William McKinley sucedió a Cleveland como presidente de Estados Unidos.
Casi ningún hawaiano nativo asistió, y los pocos que estaban en las calles llevaban flores de ilima monárquicas en sus sombreros o cabellos y, en sus pechos, banderas hawaianas con el lema: Kuu Hae Aloha (mi amada bandera).
[77] La mayoría de los 40 000 hawaianos nativos, incluyendo a Liliuokalani y la familia real, se encerraron en sus hogares, protestando contra lo que consideraban una transacción ilegal.
«Ya era suficientemente malo perder el trono, pero fue infinitamente peor tener la bandera arriada».