Para 1838, misioneros cristianos provenientes de Boston llegan a Hawái, traen escuelas, atención médica moderna, nuevos cultivos y empiezan a sembrar piñas y caña de azúcar, productos muy apreciados entonces, para ser enviados al mercado estadounidense.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, los terratenientes norteamericanos en la industria del azúcar poco a poco incrementaron su control sobre la vida social y económica en las islas hasta tomarlo completamente.
Pero en 1891 sufrieron una derrota, la nueva reina Liliuokalani reemplazó la constitución que ellos habían impuesto y tomó poderes absolutos.
Un "Comité de Seguridad Revolucionario" encabezado por Sanford B. Dole y aparentemente apoyado por el embajador estadounidense ante las islas, llamó a los Marines que se encontraban en un crucero anclado en Pearl Harbor con la excusa de proteger vidas norteamericanas y además establecer un nuevo gobierno encabezado por Dole como presidente.
Una vez en su cargo, Cleveland inmediatamente ordenó una investigación, la cual reveló que la revolución había sido impuesta por los sembradores de azúcar extranjeros y que la mayoría de los hawaianos no deseaban la anexión.