Ese mismo año realizó en el Museo de Bellas Artes su primera exposición individual, iniciándose desde ese momento una actividad plástica que solamente ha interrumpido para dedicarse a escribir obras para el teatro con la misma concepción que tiene su pintura: se revelaba entonces como un importante autor teatral del género realista.
En 1945 viaja a Bogotá con Alejandro Otero y Pedro Leon Zapata para exponer en la muestra "Joven pintura venezolana" en la Biblioteca Nacional de esa ciudad.
Su dramaturgia ha sido agrupada en distintos ciclos por la crítica entre ellos el que refiere a la Conquista con las obras: Curayú o El vencedor, Oscéneba, Apacuana y Curiacán, en donde desarrolla personajes indígenas, escribe desde la visión del vencido.
También el ciclo del petróleo que inicia desde la explosión del primer pozo petrolero, Zumaque I, en Venezuela en 1914, está compuesto por las siguientes piezas teatrales: Las mariposas de la oscuridad, El vendaval amarillo, El raudal de los muertos cansados, y Las torres y el viento.
Del muralismo de Rengifo se habla muy poco, aunque allí están sus obras más resaltantes que han permanecido en el tiempo.