El autor aparece como un personaje en la obra, siguiendo la tradición de la ficción autobiográfica; la obra comienza cuando este, según el esquema de la visión alegórica, se extravía en Sierra Morena, y se encuentra con un joven encadenado; este joven es Leriano, hijo del duque Guersio, que es llevado a la prisión del Amor por un monstruo llamado Deseo.
Laureola, preocupada por defender su honor y no levantar más sospechas, rechaza definitivamente a Leriano.
El método recomendado por los tratados retóricos como inicio de un discurso era la alegoría, y así comienzan sus obras muchos autores medievales.
El segundo episodio alegórico llega cuando el Autor consigue que Laureola escriba una misiva a Leriano; ésta es una alegoría imperfecta, sin necesidad de explicación posterior, pues su contenido se revela a través del nombre de las emociones alegorizadas.
Estas alegorías permiten al autor explicar de un modo gráfico, sencillo y ameno su concepción del amor.
las epístolas son una forma literaria con una larguísima tradición desde los clásicos grecolatinos, y sobre la que se habían escrito en la Edad Media las artes dictaminis, compendios de reglas para orientar al literato en la creación de estas composiciones.
A continuación venía la expositio o narratio, el núcleo central de la carta, seguida por la petitio, la petición hacia la que se orienta todo lo escrito antes, y finalmente la conclusio, bien una breve recapitulación de lo expuesto anteriormente, o bien una nueva captatio benevolentiae.
[3] Tradicionalmente, en los manuales de historia de la Literatura se afirma que la concepción del amor que aparece en estas novelas —el amor cortés o cortesano— nace en Provenza a finales del siglo XI.
No por eso se puede asegurar que la Cárcel de amor es una obra en pro de las mujeres y mucho menos, feminista, de hecho, algunos críticos como Rubén Sanchéz, en su ensayo sobre la misoginia en la Cárcel de amor, concluye que: También Lillian von der Walde al referirse a la literatura de la época y más concretamente, al amor cortés, dice que el hombre sigue estando en el centro y la amada ocupa un lugar secundario, pues "si a alguien se ensalza es al amador; no en balde, comúnmente los protagonistas son del género masculino.
Los escritores subliman el sentimiento del varón, y enfocan su atención a la magnificencia del amor de éste: sus pensamientos su respeto, su sumisión, su valor, etc."[12] En la Cárcel de amor se cumple esto, puesto que el protagonista es masculino y son sus sentimientos los que ocupan más páginas en la obra; mientras Laureola solo está en la obra para ser la amada de Leriano.
En cuanto a las vírgenes, todas guardan su virginidad hasta la muerte, como se puede ver en este fragmento: "Atalante, la que primero hirió el puerco de Calidón, en la virginidad y nobleza le pareció.
Estas profundas contradicciones hacen, que tanto el autor como Leriano, solo encuentren una manera de resolverlas: la muerte.