En el año 2005, gracias al proyecto Continua Pirineum liderado por la Comarca de Sobrarbe, se realizó una restauración completa que permite en la actualidad disfrutar plenamente del Bien.
Las referencias históricas conservadas sobre el uso de la torre como cárcel comienzan a inicios del siglo XVI.
Dispone de un tejado a dos vertientes cubierto con losas típicas del valle.
Era casi imposible escapar de éste habitáculo y además las crecidas del Ara solían inundar la sala.
Los presos estarían inmovilizados, estando colgados de brazos o muñecas, por medio de unas cadenas adosadas al muro finalizadas en argollas, hecho que no ocurre en las estancias superiores.
Estas mismas condiciones se reproducían en la sala superior, aunque con el hecho diferencial y gran privilegio de haberla acondicionado con un retrete y un gran vano abierto en la cara oeste del muro.
Aparecen también algunos nombres propios, especialmente el de Miguel Guillen, que se repite en numerosas ocasiones, Domingo Lacoma, Miguel Viñuales, José Pardina, Pasqual Borruel, José Grillo, Tomás de Lione, Gorge, etc. y localidades como Oto y Fiscal.
Esta imagen hace referencia a la crucifixión de Pedro en posición invertida.
No aparece Pedro crucificado, sino abrazando una cruz invertida, es decir, el signo de su pasión.
Se dice que dedicó su vida al cuidado de los ancianos, enfermos y mendigos.
Es un altar que desarrolla la iconografía de un calvario y pudo utilizarse para rezar.
Diversos animales aparecen representados como aves, cérvidos, sapos, ovejas, serpientes, peces, etc.
San Miguel fue en sábado y cinco días después, jueves, se cumplió un año.
Aquí se nos muestra el nombre Domingo Lacome, posiblemente de origen francés.
Además en la parte inferior izquierda de dicha inscripción aparece escrito menot, posiblemente haciendo referencia a la palabra francesa menotté (esposado), y diciéndonos así las condiciones en las que se hallaba este reo.
Esta inscripción dice: José Pardina, Fiscal (pueblo cercano al de Broto), año 1809.
Este reo, Miguel Guillén, escribió su nombre en innumerables ocasiones, probablemente aprendió a escribirlo en la cárcel y de ahí la cantidad y la diferencia en la calidad de las diferentes inscripciones.