Limita con los municipios de Órgiva, Carataunas, Soportújar, Pampaneira, Bubión y Lanjarón.
Por los servicios prestados en esos acontecimientos, el rey Felipe II concedió a Cáñar el título de villa.
Cáñar se fue poblando luego con campesinos procedentes de Galicia, León, Asturias, las Vascongadas y Castilla.
En un lugar cercano estuvo el poblado de Barja, destruido por una inundación en el año 1816.
Todas las jóvenes se vestían de luto y con una caja que llevaban entre cuatro daban la vuelta al pueblo fingiendo que lloraban, y haciendo aspavientos de pena.
En la actualidad, los chicos siguen reuniéndose la vigilia del día de los Santos Inocentes para cantar a las chicas del pueblo, que por la mañana se unen a la fiesta.
Este deporte lo trajeron consigo varias familias vascas que repoblaron el pueblo hace siglos.