Burgo Partridge

Partridge aprovechó, para escribir el texto, su bagaje como intelectual políglota de amplia cultura clásica.El punto de vista central del historiador es que la orgía en sí es útil y necesaria como descarga frente al precario y tenso equilibrio de instintos animales e inclinaciones civilizadas que conviven en toda sociedad humana.Esta opinión se encontraba matizada por una condena de las orgías violentas (como las de la antigua Roma), caracterizadas como un comportamiento disfuncional y autodestructivo, producto de una asociación ideológica viciada que establecía un vínculo entre sexualidad, el potencial perjuicio que se podría eventualmente infligir mediante el sexo y la pulsión tanática.Aun así, agrega discretamente respecto a la posible participación de Partridge en orgías: «Nunca me preocupé de preguntar, pero si él participó, espero que le haya gustado».[2]​ En el círculo participaban personajes como la escritora Virginia Woolf, los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, la pintora Dora Carrington (primera esposa de Ralph Partridge), o el escritor David Garnett.