Rudolf Karl Bultmann

Protagonizó el escepticismo histórico que marcó el final de esta etapa.Algunos autores llamaron a esta época de escepticismo, que abarcó casi toda la primera mitad del siglo XX, "la no-búsqueda" ("no-quest").Tras ser rechazados como fuentes de acceso al Jesús histórico los evangelios de Juan (por Strauss), Mateo y Lucas (por Weisse y Wilke), y, finalmente, Marcos (por Wrede y Schmidt), Bultmann retoma la idea de Kähler de renunciar al Jesús histórico como alguien del pasado, sin importancia, al que no se puede acceder, y centrarse en el Cristo de la fe, que, según Bultmann, es lo único que importa.Así, de ser un simple maestro de preceptos morales y esperanzas apocalípticas, Jesús el galileo habría sido sublimado por la Iglesia helenista en una figura con rasgos míticos.Es por ello que ha sido calificado como el teólogo de la «desmitificación».