Carranza fue inspector general de Vacuna y presidente del Protomedicato.
Marchó a Nicaragua como médico militar durante la guerra contra los filibusteros de William Walker en 1856, pero hubo de regresar casi enseguida debido a la retirada del ejército costarricense y la epidemia del cólera morbus.
Fue propietario de fincas cafetaleras, una librería y una botica, entre otros negocios.
Durante las administraciones de Juan Rafael Mora fue varias veces Diputado.
Posteriormente fue miembro del Gran Consejo Nacional y Ministro Plenipotenciario de Costa Rica en El Salvador, donde firmó el tratado Carranza-Arbizú.