Genéticamente, un hijo de un padre con brida mongólica y una madre sin ella manifiesta una situación intermedia entre los dos extremos; y se trataría de dos caracteres que se manifiestan independientemente.
Se cree que el tejido adiposo proporciona un mayor aislamiento para el ojo y los senos paranasales de los efectos del frío, especialmente de los vientos helados, y representa una adaptación a los climas fríos.
Aunque su aparición en los pueblos nativos del Sudeste Asiático, América, Polinesia y Micronesia puede vincularse a una posible descendencia de ancestros adaptados al frío, su aparición en algunos pueblos africanos como los joisanes y nilóticos no está abierta a esta explicación.
Se desconoce la función evolutiva exacta y el origen de la brida mongólica.
Las explicaciones científicas incluyen la variación y la selección aleatorias (presumiblemente selección sexual), o la posible adaptación al entorno desértico y/o los altos niveles de luz ultravioleta que se encuentran en entornos de gran altitud, como el Himalaya.