El rey la donó a Guillem de Caportella en 1238, incluyendo los molinos y hornos, cosa bastante infrecuente ya que estos solían reservarse para control regio.
En ese momento se constituyó como municipio independiente, contando con algo más de 100 casas y dos escuelas a las que acudían unos 60 alumnos.
[5] La población de Borbotó ha ido manteniéndose, con pequeños altibajos, a lo largo de todo del siglo XX, y en la actualidad tiene una ligera tendencia a la baja.
El núcleo urbano es compacto y nuclear, ya que se asienta en el cruce de varios caminos comarcales y locales que cruzan la huerta circundante.
La fiesta se trasladó posteriormente a septiembre para coincidir con el calendario agrícola.