Las autoridades deciden llevarlo a Japón, donde debe enfrentarse a muchos juicios por crímenes y también resuelven que el criminal sea escoltado por Nick y Charlie.
Como aún son responsables de él y sospechan que algo malo está pasando con la mafia japonesa, los dos policías intentan capturarle nuevamente antes de regresar a Nueva York, tratando de buscar información junto a la policía de Osaka, participando como observadores, lo que les obliga a introducirse más y más en los círculos de la mafia local, en donde la policía local parece que les oculta información sobre lo que realmente está pasando en la ciudad y el país con la mafia japonesa.
Una vez que Nick y el policía local Masahiro abren fuego contra los mafiosos, Sato logra escapar en una moto y la policía local llega a la fábrica y detiene a Nick por estar armado, enviándolo de regreso a Nueva York.
Finalmente, Sato es llevado a la estación de policía para ser juzgado por sus crímenes.
Inicialmente, el neerlandés Paul Verhoeven había firmado un contrato para dirigir la película, pero luego fue reemplazado por Ridley Scott.
El director Ridley Scott no tenía conocimiento de la enfermedad del actor.