Es gracias a la arqueología que conocemos la existencia de una aglomeración sobre el territorio bienés en la época romana.
En el siglo XV, la ciudad adquirió el derecho de llevar tropas en Erguel.
A mediados del siglo XIX, gracias a la implantación de la industria relojera, la ciudad conoció un crecimiento demográfico muy intenso y un desarrollo urbano remarcable.
La ciudad también se volvió un importante centro ferroviario de la meseta suiza.
Esta característica de la ciudad fue ciertamente reavivada gracias a la llegada de inmigrantes del Jura a la ciudad del Seeland.
La ciudad cuenta con una estación ferroviaria en la que efectúan parada o parten de ella numerosos trenes con destinos tanto a las principales ciudades suizas como a las comunas del cantón.