Probablemente la pasión de coleccionar libros la heredó Matías del obispo de Varad Juan Vitéz, quien fue su tutor y educador.
Igualmente al tomar a Beatriz de Aragón como esposa, ésta trajo consigo muchos tomos desde Nápoles, que incrementaron más aún la colección.
Ésta biblioteca fue en extremo importante para los contemporáneos y sirvió como modelo para varios otros príncipes, como Lorenzo el Magnífico.
Los libros fueron destruidos o se dispersaron casi en su totalidad luego de la invasión de los turcos a Hungría en 1526.
En la actualidad se conservan a lo largo del mundo unos 650 corvinæ, en bibliotecas húngaras (incluida la Biblioteca Nacional Széchényi) y extranjeras.