Berenguela (1854)

Tras batir el Callao el 10 de mayo, la escuadra del Pacífico abandonó las aguas sudamericanas.

No se quiso exponer a la Berenguela a una navegación tan peligrosa en esa época del año, ya que aunque habían sido reparados los daños recibidos en combate, aún tenía averías.

Igualmente, no se quiso exponer a la Numancia por el mismo peligro, además de haber agotado su carbón.

El insuficiente calado del canal hacía inviable, en una parte del recorrido, el paso de la fragata, por lo que se decidió entonces desartillarla y retirarle el carbón, que fueron transportados a lomo de camellos por el desierto, mientras la fragata completaba la travesía.

En su estancia en las Filipinas, se distinguió combatiendo a los rebeldes en la isla de Joló.