Establecer cuál fue su topónimo originario es una tarea bastante difícil; se barajan los de Bani-Reduan, Beninida y Bani-Rida.
Los cristianos nuevos que permanecieron fueron muy jóvenes (niños) y muy pocos.
Algunos cultivaban tierras de regadío, no obstante 37 años después tan sólo había 30 familias.
A finales del siglo XVII, Francesc Escrivá unificó el poder señorial.
En el interior podemos encontrar un amplio conjunto de imágenes y cuadros religiosos del cual destaca el cristo crucificado del altar y el cuadro dedicado a San Francisco de Borja.