Los almohades habían conseguido fusionar los emiratos de la península ibérica con los norteafricanos en una unidad política un tanto inestable.
Abū Zayd sufrió una rebelión indígena anti-almohade encabezada por Ibn Hud, que se apoderó de Madina Mursiyya en 1228 y dominó las regiones de Orihuela, Denia, Gandía, Játiva y Al-Yazirat Šuqar, asediando Balansiya sin tomarla.
Sin embargo, la amenaza del Reino de Castilla hizo que Ibn Hud se retirase hacia Madina Mursiyya.
Desde Madina Mursiyya, el rebelde antialmohade Ibn Hud había asediado la ciudad de Valencia, presionando a Zayyan para que la abandonase.
En este tiempo, Abū Zayd se había convertido al cristianismo, adoptando el nombre de Vicens.
En un documento del día 28, expedido en Lérida, Jaime prometía dotar a la iglesia de Valencia, cuando conquistase la ciudad, empresa tratada, dice, "apud Montesonum in curia generali quam convocavimus pro facienda exercitus contra mauros".
El mismo día 28 prometía destinar a templo católico la mezquita mayor de Valencia.
Jaime I dispuso que la fortificación del Puig fuese reconstruida, se hizo un muro de tapial y un camino empedrado hasta el mar.
Entre los muertos musulmanes se encontraba el sabio predicador Aburrebii ibn Salim Elcolaí.
Jaime I rehusó seguir el consejo de los nobles, y resolvió continuar la campaña.
Uno de los frailes dominicos que había en la fortaleza denunció el complot al monarca.