En el centro, los austriacos mantenían posiciones y, a su derecha, el general Benedek resistía los continuos ataques de todo el ejército piamontés.
La artillería bombardeó el pueblo, causando numerosas bajas, y después la infantería se lanzó al asalto.
Tras duros combates, se apoderaron de la ciudad y penetraron en las líneas austriacas.
Los ejércitos aliados también sufrieron un total de 2.492 muertos, 12.512 heridos y 2.922 capturados o desaparecidos.
Los informes de soldados heridos y moribundos que recibieron disparos o bayoneta en ambos lados se sumaron al horror.
Al final, las fuerzas austriacas se vieron obligadas a ceder sus posiciones y los ejércitos aliados franco-piamonteses obtuvieron una victoria táctica, pero costosa.
Los austriacos se retiraron a las cuatro fortalezas de el Cuadrilátero, y la campaña esencialmente terminó.
Esta batalla tendría un efecto a largo plazo en la conducción futura de acciones militares.